De repente un señor vestido de blanco le decía algo… El lloro y el señor le coloco una mano en el hombro. Veía como partía aquel señor con la cabeza gacha y a aquel joven sollozando sin parar. Sujetándose fuerte a las barandas del balcón… No lo conocía pero algo me unió inmediatamente a él. ¿Qué sucede? Me acerque lentamente y le entregue un pañuelo, el me miro con ojos tristes y me dijo gracias y bajo la cabeza. Veía como iban cayendo sus lágrimas lentamente y el sonido de su llanto apagándose. El me devolvió el pañuelo y yo sujete su mano. Le dije todo estará bien. No me respondió; ella murió...
Ella?
Quien?
Mi madre…
No es justo.
Lo siento
No sé que haré ahora, no lo sé…
Puedes hacer muchas cosas, hoy se a abierto una puerta para ti.
Me miro con ojos curiosos.
Le di un gesto de alivio.
Gracias. Me volvió a decir…
Fue un gusto. Cuídate y recuerda lo que dije.
Hasta luego. Añadí.
(Le deje mi pañuelo…)
Poco tiempo después y sin haber olvidado lo que paso, mire el cielo camino a casa recordando aquella triste escena. Accidentalmente tropecé con él y me tendió una mano. Al principio no le recordaba estaba diferente, disculpándose conmigo me dijo... “Hoy se a abierto una puerta para ti”. Las mismas palabras que le dije hace unos meses. Sonreí.
Esta vez no te dejaré ir, estuve buscando tu olor por tanto tiempo y hoy una corazonada me dijo que estarías muy cerca. Me sonrojé.
Gracias por todo, dijimos al mismo tiempo.
Me perdí en su nueva mirada profunda y en sus ojos grises. Me tengo que ir. Añadí.
Y di vuelta, llegue a casa y me sentía tan feliz y grata. Recordé lo que un día alguien me dijo. Solo ayuda, algún día te será recompensado. Y lloré.
Mi vida paso de rutina a días soleados y aves cantando. Así fue como me enamoré de alguien que posiblemente no volvería a ver.
Conocí a muchas personas en el transcurso del tiempo. Fue allí cuando conocí a Laura mí ahora amiga. Mi gran amiga.
Sabía todo de ella y ella de mí, pero esta historia no; ella tenía un enamorado desde hace unos meses, sabía su nombre, pero no le conocía.
Paso mucho tiempo, hasta que un día ella envió un obsequio para mí, con él.
Fue increíble la sorpresa y la felicidad tristeza que sentí en ese momento. Era él aquel chico al que había ayudado y él a mi, y por el que aún seguía enamorada, Hoy lo vi., mi voz se detuvo, el tiempo también porque cuando vez al amor de tu vida el tiempo se detiene y todo cambia. El me miro con ojos llorosos y recordó.
Dio un paso y me abrazo, la quiero añadió.
Me perdí un instante en su voz…
El tiempo se congelo.
Maldita sea. Me dije a mis adentros. Espere tanto este día y ahora no podrá ser.
Mientras intercambiábamos miradas, una lata de la despensa cayó. Desperté.
Todo había sido un sueño, el no estaría ahí, solo fue y será para siempre un lindo recuerdo.
Mi semana prosiguió entre rutina y días lindos.
Darle un final a esta historia no puedo… Solo puedo decirte como continuará…
