jueves, 31 de diciembre de 2015

260 Días.

Quizá me enamoré de ti, quizá no, quizá estuviste conmigo doscientos sesenta días, quizá no, quizá la magia se apoderó de mi una vez más y me hizo sentir unida a alguien después de tanto tiempo, quizá no, quizá esto no debió pasar, quizá sí, quizá la magia es parte de un sin numero de emociones esparcidas en mi, quizá no.
¿Son muchos quizá?. Quizá.

                                ❅

Hola. ¿Me recuerdas?. Soy el niño que solía ser parte de ti durante mucho tiempo y tú no me notabas.
-Siempre te noté, pero siempre huí de ti.
Y esta ves estoy aquí para darme una oportunidad contigo. ¿Aún seguirás huyendo de mi?
-Si, pero más lento.



¿Recuerdas aquella vez que fui con Mari a verte a tu casa?
-Si.
Yo se lo pedí a ella, solo era una excusa para verte y que no huyas de mi, pero aún así lo hiciste, te inventaste una excusa bastante inusual y muy creíble, claro todos los adolescentes debemos limpiar nuestras casas.
- ¿Por qué se lo pediste?
Por que quería verte, quería ver a través de tus cristales, quería ver tu sonrisa a media luz y que tu cabello resplandeciera, quería solo estar a tu lado y estar bien.
- ¿Por qué no me lo dijiste?
Por que sabría que huirías.
- ¿Cómo?
Eres tú, estás propensa a huir de la felicidad y de lo que se supone te hace bien.
- Pero si no me conoces...
Te conozco, sé quien eres, quizá sea la única persona que sabe quien eres realmente, la única que te puede ver a través de esos cristales y sabe que detrás de esa mirada llena de odio, hay amor, hay amor queriendo ser compartido, queriendo explorar y ser aceptado, por mucho tiempo he callado, por mucho tiempo callé y cuando te fuiste, no sabía que hacer, planeaba buscarte pero no sabía donde, ella tampoco sabía, y espere y espere y te buscaba todos los días y ya no estabas y trataba de ver tu reflejo en la ventana de tu casa y ya no estabas, y veía a tus padres pasar cada domingo por mi casa y tú ya no ibas con ellos, le pedí a mi mamá que preguntara por ti a ellos y así lo hizo, tú mamá dijo que te fuiste a estudiar y que regresarías en vacaciones, yo desde la vereda escuchaba y sonreía esperando verte de nuevo y hablarte, pasaron dos años y no te vi, hasta que en Agosto del año pasado te vi pasar por mi casa nuevamente y corriste hacia mi como nunca, tus ojos no eran los mismos, tu manera de mirarme había cambiado, no eras tú, pensé que la ciudad te había cambiado hasta que abrazaste, y tus lágrimas cayeron en mi polo, espere que este día suceda y esta fue la mejor manera, supe de inmediato que estaba enamorado de la chica que huía, y otra vez te volviste a ir.
Después de 260 días juntos contra el viento, soy yo el que se tiene que ir.

A ti, en donde quiera que estés.




Cuando no sabes quien eres, solo quieres huir.
Cuando te hacen daño, solo quieres llorar.
Cuando te dejan, no sabes si correr, llorar o morir.