Les comparto dos poemas de un amigo, Pablo León.
Lluvia de sueños
Lágrimas que caen del cielo dentro de una noche para soñar.
Acarician el anhelo las gotas, la
luna rozar.
Manto de sombras, la noche;
impotente lágrimas del cielo ve caer.
Lluvia nocturna, sollozos de la
eternidad
que buscan la piel de la luna un
instante tocar.
Frío viento de la noche... el frío
que asusta la piel.
Observa cuidadosamente la luna
desaparecer.
Capturala! ...dijo una en medio de
la interminable caída.
(Entre sollozos, susurró) capturala,
no la dejes ir... que se me acaba la vida.
Instante a instante, una a una, cada
gota se unía al dolor.
De ver la vida pasar por los
ojos y ser alejado cruelmente del amor.
Cada gota buscaba su sueño alcanzar,
pero al descender más... sólo lágrimas quedaban.
Y cada lágrima veía como este anhelo
en el cielo se ahogada.
Mas el sueño que nació en el
cielo... al llegar al suelo terminaba.
Sabor a mi
Dulce amor, vil veneno de traición.
Sonrisas me muestras, bajo esa
mirada siniestra.
Me haces probar tu piel de
porcelana, impregnada por el hedor de tu alma.
Y en mis manos las tuyas, desangran
con finas garras.
Me llevas a las sombras para
que yo te pueda amar, me llevas para que mi sangre puedas probar.
Siento que en tus brazos el cielo
puedo tocar, mas es abajo donde he de acabar.
Sensaciones de placer al
estar abajo de ti; lo último que podré sentir.
Mis ojos se cierran frente a un
ángel celestial, ilusión producida por un ente infernal.
Siento como dulcemente besas mi
cuello, de un instante a otro he muerto.
Pese a ello sigo aquí, y en tus
labios diviso la última sangre naciente de mi.
No tengo miedo, no tengo pena, se
fue el amor; huyó a tus labios como sabor.
Sabor a muerte... sabor a mi.
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