Nuestras miradas se cruzaron por
primera vez en un mundo donde la magia no existe y el amor no se encuentra en
el aire...
Iba mirando fijamente al cielo como
suelo hacerlo, porque cuando camino no miro directamente a los ojos a los transeúntes,
me siento incomoda; derrepente algo en mi rutinario mirar cambio, nuestras
miradas se cruzaron a punto de colapsar, éramos con el Titanic pidiendo a
gritos un intercambio de palabras antes de nuestro último encuentro y mirar.
Imaginaba que todo era un sueño, pero
no lo fue, la magia invadió nuestro corazón desde el primer día en que te
conocí, lamentablemente tu magia se alejó de mi.
Afortunadamente indagaba en mi mente y
te buscaba entre mis recuerdos; cada vez que estaba a punto de mi propio
deceso, recurría a las imágenes que en ella guardaba; nuestro encuentro, un
mundo perfecto, cada una pasaba como diapositivas sin fin, cada pequeño
gesto, tu rostro, aquel que recordaba
cada vez que cerraba los ojos, en el lugar que me encontrase tu estabas ahí
junto a mi.
Paso mucho tiempo antes de volverte a
ver. Hoy mientras caminaba perdida en mi misma, mirando el cielo limeño gris te
encontré; nuestras miradas se juntaron sin temor, fueron segundos que se
tornaron horas en mi mundo, cada gesto, esa sonrisa que formas y a la que mi
mundo haces brillar, nuestras miradas se juntaron sin pudor, sin miedo a nadie,
el tiempo se detuvo entre nosotros, me transporte a mi planeta de la forma mas
extraña y estúpidamente increíble, jamás imagine que alguien podía hacer eso en mi, transformar un corazón hecho
de piedra en un objeto delicado y de cristal, nuestras miradas se juntaron y
empezaron a tocarse apasionadamente como si se conocieran, cada caricia era
crear una historia real entre nosotros, tu mirada en mi producía excitación,
hicimos el amor sin tocarnos, espero volverte a ver y esta vez me acercaré a ti
y al fin nuestras miradas se unirán por siempre.
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