domingo, 28 de abril de 2013

Máncora.


Quería escapar de mi vida rutinaria, decidí salir de viaje, por supuesto sola, mientras planeaba mi próxima aventura, decidieron juntarse dos personas mas.

Así fue con meses de anticipación escogí mi próximo destino, había descartado por completo Cusco pero no por no querer ir, si no por las lluvias y es mala época, el próximo era Chiclayo pero ya conocía y quedó como última opción Máncora, también ya conocía, pero eso no importo, por que dado que Tumbes esta muy cerca y limita con la frontera de Ecuador podía escaparme hasta allá como en los viejos tiempos.


Lo primordial fue sacar el pasaje para ello decidí perder mi miedo a las alturas, dado que la última vez que estuve en un pozo casi caigo desde 45 o mas metros de altura, además de ser aerofóbica por ser una adicta a las películas aéreas de terror. 


Llego el día pactado, maletas listas, despertar a las 3:00 am fue lo agitado, mas cuando el día anterior te has psicoseado con una maratón de películas con trama de accidentes aéreos.


Salir a las 4:00 am de casa, ver la avenida completamente vacía y llena de luces multicolor, magia, que todos deberían experimentar. Llegue al aeropuerto muerta de frío y a esperar para superar mi miedo a volar.


Todos los vuelos iban saliendo y mis manos estaban mas frías que de costumbre, caminé de un lado a otro, leí mucho, escuché mucha música, intente traducir los idiomas que los turistas hablaban, a sí entre otras cosas hasta que llegó el momento la pantalla marcaba el vuelo siguiente, para mi suerte era el mio.   
(Llegada al Aeropuerto de Piura)

Me levanté, formé cola y solo en mi mente estaba "todo va a estar bien", subimos al bus que nos traslada directamente al avión y ahí estaba yo sola con mi soledad, con "50 shades of grey" en la mano, mis audífonos colgando del cuello y la música aleatoria en la que no me podía concentrar, bajé, vi al armatoste y quedé en schock nadie lo notó, pero no importo, subí a aquel gran y increíble objeto que quede maravillada me ubiqué en mi asiento, abroché mi cinturón y como toda atea, tragué saliva. Dieron las primeras indicaciones las cuales, sabía perfectamente por las películas que he visto, el armatoste empezó a moverse y sentí que literalmente me jalaron el  estómago, y un temblor difícil de explicar, el piloto se presento y dijo estamos a 14000 pies de altura. Ya todo había pasado, intenté dormir pero las escenas de las películas eran como una bomba en mi cerebro. Era hora del aterrizaje, volví a tragar saliva, y no sentí absolutamente nada, he aquí mi miedo había sido superado, miraba a todos a mi alrededor y estaban tan asustados con lo aparentemente forzoso que fue el aterrizaje, pero no lo fue, fue apenas un cosquilleo en las piernas y pequeño temblorcillo del que muchos estamos acostumbrados.




Llegue a la calurosa Piura aburrida como siempre, salí a desayunar con mi familia, con la única preocupación de verte, me escape de la tediosa conversación llegue a tu casa a despedirme y ya te habías ido.
Viajé 180 minutos a Máncora, respire aire puro, jugué en el agua, jugué en la arena, caminé, corrí el litoral de la playa, desayuné, almorcé y cené con una vista increíblemente maravillosa, me senté dos horas a esperar el atardecer sin ningún humano a mi alrededor, escribí, leí debajo de aquella palmera, abrí un par de cocos con ayuda de un joven al que conocí, perseguí a cangrejitos, busque conchas, miraba por la ventana de mi habitación y la magia estaba presente en todo momento como, con un aroma a mar indescriptible y una vista enigmática, hice cosas que jamás pensé que haría sola, y me divertí, por primera vez en mucho tiempo sentí una diversión tan sana y satisfactoria como la que tuve en esos días. Volveré a ti Máncora, tal vez me quede mas tiempo.


*Algunas fotos:



(El atardecer)




(Vista desde mi habitación)



Volveré.

1 comentario:

[Maxwell] dijo...

SI sabes que vas a viajar en avión, por qué rayos ves una maraton de accidentes aéreos? =/

Bonitas fotos, quisiera ir allá a relajarme un toque u.u