domingo, 30 de diciembre de 2012

Soy Yo.


No importa si nadie lee mi blog, no importa si muchos lo leen, importa que cada historia que escriba y se vea reflejada en aquella caja luminosa llamada "pantalla" y sea visible para el resto del mundo, del mundo que nunca conoceré, porque hoy he decidido al fin, quedarme conmigo misma y cerrarle las oportunidades a absolutamente todas las personas que conozco y que algún día no conoceré, y es mejor así, por que al fin podré preocuparme por mi misma, por el inmenso amor que tengo dentro de mi y que quiere que sea usado solo conmigo, porque lo merezco, porque merezco amarme a misma.




Porque a pesar de todas las historias que tengo en mi mente, las historias de mi corazón son las mas hermosas y las que nunca a pesar de los constantes lavados de cerebro que me de a mi misma, se borraran , así algún día me vuelva completamente loca, y no sea cociente de lo que ocurra a mi alrededor, a pesar de ello solo quedarán los buenos y gratos momentos en los que me conectaba conmigo misma, y era yo aquella persona solitaria, que vivía en un mundo imaginario y hermoso, aquella persona que amaba con todo su ser las cosas mas insignificantes de la vida, y la que la hacían feliz, aquellos perfectos recuerdos que al cerrar los ojos me transportan a cuando tenía 5 años cuando armaba castillos y personajes con plastilinas creando magia en donde alguien mas solo veía un cuadro vacío, cuando tenía 6 años era una niña completamente ermitaña y tímida que armaba rompecabezas grandes una y otra vez con el fin de mantener ocupadas ambas manos en ese su pequeño gran mundo; cuando tenía 7 años aprendió la lección mas valiosa de su vida "nunca temerle a las alturas" y subió aquella escalera hecha de madera, trepando con sus flacuchos bracitos cada tabla, la que se armo de valor y casi se cae en ese aquel último peldaño, la que al fin por primera vez conoció el segundo piso de su casa y fue lo mas extraordinario que hizo durante toda su vida, porque al conocer ese nuevo mundo ella empezó a construir su propio mundo, ella recuerda perfectamente que los ladrillos pueden ser los mejores amigos de una persona, que una planta puede dar las mejores hojas en la cima, ella aprendió a hacer ramos de rosas, ella se perdía en su mundo cada vez que estaba ahí casi cerca al cielo, que odio con toda su alma la decisión de su madre al hacerle una fiesta de cumpleaños, la que odio ser vestida como muñeca aquel día y ver mucha gente que siempre la trato mal pero nunca hizo nada para defenderse ahí en aquel lugar, su casa, en el que se supone debía ser el mejor día de su vida, pero termino siendo el peor, y lo odio, odio no haber pasado aquella tarde con sus hermosas rosas, con su castillo, con sus mejores amigos los ladrillos, ella se prometió a si misma nunca abandonarlos, y así fue por mucho tiempo, Se levantaba muy temprano subía las escaleras y los saluda muy cariñosamente, se despedía y prometía volver a verlos al atardecer. 

Aquella niña que no sabia lo que era vivir de rutina en rutina porque a pesar de siempre hacer exactamente lo mismo, aprendía cada atardecer una nueva historia en su propio mundo, que a las 00:00 el día de navidad, subió tres minutos antes para decirles que sin ellos su vida estaría perdida y su mundo sucumbiría, que a pesar de nunca estar en el primer piso de la casa, nadie nunca se pregunto el porque de vivir a la deriva en un segundo piso que ni siquiera tenia techo pero si la mitad de una pared que le permitía alcanzar las flores, hojas y rosas que quería, que los montículos de arena fueron los invitados a su fiesta de año nuevo, que llevo una botella de agua para rociar aquellas hojas que recién había cortado y que ellas muy amablemente le dijeron gracias.


Esa niña soy yo, eres tú, somos todas las personas que en algún momento de su vida se sintieron completamente solas. 


*Mientras escribo esto escucho "Beatiful de Christina Aguilera", ¿Porque? Porque esa es la única canción en la que al fin me siento incluida.


-Definitivamente este post es parte de "Recuerdos Inolvidables".

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